Por Dan Amrich
"Rayos, ¿cuántas guitarras tienes?".
Es algo que me preguntan mucho con una mezcla de incredulidad, vacilación y una pizca de burla. Pero la forma en que alguien pregunte esto me dice que ya se contestaron: "Tienes muchas guitarras".
La justificación tras su opinión siempre me hace reír: "Digo, ¡no es que puedas tocarlas todas a la vez!". Bueno, esa no es mi intención. Siempre me tiento a contestar, "¿y tú por qué tienes 20 tipos de alimentos en el refrigerador? ¡No puedes comértelos todos a la vez!".
Pero lo entiendo. Vivimos en un mundo donde se celebra el exceso, donde el único objetivo para algunos es "tener más". Así que cuando la gente descubre que tengo 20 guitarras y bases a la vez, suele haber más que siempre curiosidad o sorpresa; están juzgándome. No están preguntando "cuántas" sino "por qué".
Tengo esta ESP semiacústica "high strung" en afinación de Nashville; es una cómoda guitarra que uso exclusivamente cuando estoy explorando nuevos territorios musicales.
Depende de si se lo preguntas a un músico o a un coleccionista de guitarras. A un coleccionista le interesa el objeto por una mezcla de cualidades estéticas, artesanía, ingeniería y rareza; su arte funcional. Un coleccionista aprecia el instrumento en múltiples niveles. A un músico le interesa más lo que el instrumento le permite hacer. Desde las características y diseño hasta la ergonomía y cómo se siente, los músicos buscan la guitarra que "les quede"; una herramienta cómoda que se sienta como una extensión de ellos, que libere la expresión creativa. Pero las relaciones con las guitarras rara vez son monógamas, así que buscar la elegida puede llevar a muchas.
Donde el coleccionista y el músico tienen algo en común es en la conexión emocional con la guitarra. Muchos compositores hablan de momentos mágicos como que "la canción saltó de la guitarra tan pronto la tomé". Las guitarras indicadas inspiran, hacen que sus dueños sean productivos y creativos; felices. ¿Quién no quiere más felicidad?
Como contraste, el bajo Ernie Ball Music Man Sterling es literalmente el único que mi esposa quiere usar y tener. Ella encontró el elegido.
Hablando de eso, mi esposa Kat siempre me ha apoyado con mi colección de guitarras, pero de vez en cuando hace preguntas prácticas: "¿Qué tiene esta que las otras no?". ¿Tengo una guitarra que ya hace algo similar y la nueva tomaría su lugar como una mejora? ¿Es esta una nueva vía de inspiración o solo algo que bonito que puedo mirar sin poseer?
Al final de cuentas, soy mitad músico, mitad coleccionista. Me inspiran varias formas y configuraciones; una acústica de 12 cuerdas me dice algo distinto que un bajo de escala corta, pero también aprecio un diseño clásico o uno innovador y, sí, también un color llamativo. Son embargo, no conservo nada que no me inspire regularmente. Todo lo que tengo o será usado o se irá.
Y eso sorprende a la mayoría de las personas. No tengo muchas guitarras por tener muchas guitarras, pero parece que eso es lo que la mayoría cree. Y es en esos momentos cuando invito a la gente a que me visite, toquen con las guitarras y que formen una conexión, para que entiendan.
Dan Amrich inició su carrera como periodista musical en las revistas Guitar World y Country Guitar. Es cocreador de Princess Leia's Stolen Death Star Plans y el creador y compositor de Hero Falls. Se unió al equipo de Ubisoft de San Francisco en 2014.
Todas las fotografías de guitarras son de Katrin Auch. Usadas bajo autorización.
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