¿Qué es un «buen sonido» y cómo se logra? Pregunta a diez personas distintas y, casi con toda seguridad, obtendrás diez respuestas diferentes. La mayoría de los guitarristas convendrán en factores como el tipo y la marca de la guitarra (acústica o eléctrica, Gibson o Fender, mástil pasante o atornillado, el tipo de madera, etc.), el tipo y la marca del amplificador (de válvulas o de transistores) y el ajuste de ecualización y ganancia del ampli. Menos evidentes son los factores que siempre están bajo control del músico y que tienen un impacto notable, sea cual sea la guitarra y el amplificador utilizados.
*Los controles de tono y el selector de pastillas te permiten ajustar el carácter, el timbre y la dinámica de la guitarra. ¡No los olvides! *
1.Ajuste del selector de pastillas
Podemos discutir hasta que las vacas vuelen acerca de la marca de pastillas a comprar, o si suenan mejor las single-coil o las humbucker, las activas o las pasivas. Pero un rápido cambio de la pastilla del mástil a la del puente (o a algún punto intermedio) puede transformar en un instante una cálida melodía en un riff abrasador. Los controles de tono tienen un efecto similar aunque más gradual, y es probable que tu guitarra pueda producir una paleta de sonidos mayor de lo que te imaginas.
El tamaño, la forma y el material de la púa, en combinación con el modo de sujetarla, también marcan la diferencia.
2.Las púas y el estilo de punteo
¿Púas gruesas o delgadas? ¿En punta o redondeadas? Las púas más gruesas producen un sonido más fuerte y las blandas un ataque más suave, pero el ángulo de ataque y la forma de sujetarlas son igual de importantes. Cuanto más sobresale la púa entre los dedos índice y pulgar, menos control tienes sobre ella y más ruidos indeseados de rascado se producen, lo que empobrece el sonido.
Gruesas o finas, entorchado redondo o plano: la elección de cuerdas puede tener un efecto enorme en tu sonido.
3.Elección de cuerdas
Las cuerdas más finas suelen ofrecer un tono más delgado (depende también de tu técnica y del resto del equipo), aunque en general resulta más fácil tocar con ellas, sobre todo los solos y bends. La sordina y el punteo con trémolo (movimientos rápidos arriba y abajo en una misma cuerda) resultan más fáciles con cuerdas más gruesas. Los músicos solistas de dedos rápidos suelen preferir las primeras, y los guitarristas rítmicos o más lentos las segundas, aunque cambiar el esfuerzo que requiere pulsar o rasgar las cuerdas puede alterar también tu sonido.
La construcción de las cuerdas también es importante. Las cuerdas de entorchado redondeado ofrecen un tono más brillante, aunque añaden más ruidos al desplazar los dedos. Hoy en día están por todas partes, aunque no se inventaron hasta 1962. Antes de su llegada, el estándar eran las cuerdas de entorchado plano. Su sonido es más cálido y cuesta más estirarlas, pero a veces las prefieren los músicos de jazz o quienes buscan un sonido más antiguo. Ninguna es una elección equivocada, así que merece la pena experimentar con algunos juegos de distintos grosores y tipos. Tal vez encuentres un tono nuevo que te inspire de verdad.
Hay quien cree que es necesario gastar miles de euros para conseguir ese elusivo «buen tono»,, pero el tono no se compra, sino que más bien se desarrolla. El factor más importante en tu sonido eres tú y tu forma de tocar. Los consejos anteriores se aplican a cualquier guitarra y guitarrista, ¡y lo mejor es que la mayoría no te costarán ni un céntimo!
Leila Abdul-Rauf es multiinstrumentista y compositora. Vive en Oakland (California). Durante las dos últimas décadas, Leila ha tocado en directo y ha publicado álbumes para incontables proyectos y giras internacionales. También es profesora particular de guitarra y voz, y recientemente fue incluida en la lista Los 25 mejores tonos de guitarra de metal de todos los tiempos, de Guitar World..
Fotos de potenciómetros y conmutadores por Katrin Auch
Fotos de púas por Leila Abdul-Rauf
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