El ascenso al estrellato de Julien Doré llegó en 2007 luego de ganar el concurso televisivo de talentos francés Nouvelle Star, pero el desarrollo de su propio talento fue un proceso de toda la vida. Julien había perfeccionado su técnica a lo largo de sus años de formación escolar, así como en varias bandas diferentes antes de participar en el reality show. Durante ese tiempo, aprendió algunos trucos de composición que le añaden sorpresas a sus canciones para atraer aun más a sus escuchas. "Les bords de mer", una canción sobre el anhelo y la pérdida, demuestra cómo un pequeño cambio puede potenciar el impacto emocional de una canción.
La canción comienza con la progresión de acordes abierta Em-C-G. Antes de entrar al C-Am-Em del coro, un compás de F# extiende la última frase del verso en un giro inesperado. ¿Cuál es ese acorde? Para averiguarlo, hay que adentrarse un poco en la teoría y comenzar con la tonalidad de E menor; es decir, la base tonal de la canción. Si echamos un vistazo a los acordes que son funcionales, o que suenan bien en términos de teoría musical clásica, en esta tonalidad, hay siete acordes que "funcionan": Em, F#dim, G, Am, B, C, y D#dim. F# no aparece en este patrón (F# suena muy diferente de F#dim en la práctica). Entonces, ¿de dónde viene F# y por qué suena bien? En resumen, esto es lo que los teóricos conocen como dominante secundario. El quinto acorde de una tonalidad (en Em, el acorde B) suena genial cuando se resuelve con el primer acorde (en este caso, Em). En vez de llevar a cabo este movimiento, Julien se aleja un paso más allá de la "base" y usa el acorde cinco de la tonalidad de B. Por un momento, la canción cambia a B mayor, tomando prestado el F# de esa "tonalidad secundaria" e inmediatamente regresando a la tonalidad de E menor una vez que acabó ese acorde. La progresión resultante engaña a nuestros oídos al hacernos escuchar B (acorde cinco de Em) de regreso. Al darle a ese acorde un compás extra solo para él exagera aun más esa ilusión.
Luego, la canción toma otro giro. En vez de regresar a Em, cambia con una cadencia rota a C. Este es otro movimiento habitual en la música clásica, haciéndole creer a tu oído que escucha algo que suena como el acorde base, pero que, en realidad, se resuelve como algo más (por ende, "roto"). El dominante secundario compuesto, seguido inmediatamente por una cadencia rota, posiciona la progresión de acordes en un estado de limbo, haciendo que escuches Em una vez más hasta que el coro se resuelve. A pesar de que la canción comienza y termina en Em, en verdad no suena como Em, y ese es el punto. En vez de la misma progresión de acordes que encontrarías en muchas otras canciones (¡lo cual no tiene nada de malo!), la simetría desequilibrada de esta progresión de acordes hace que la canción se sienta mucho menos resuelta, alineándose con los temas de anhelo y pérdida de la letra.
No todas las canciones de pop moderno siguen las reglas musicales escritas hace cientos de años, pero, en este caso, esos términos nos ayudan a explicar por qué la canción evoca ese sentimiento. Los giros armónicos que Julien incorporó a "Les bords de mer" provienen directamente del manual de armonía funcional. Al romper con las expectativas armónicas de sus oyentes, Julien es capaz de llevarlos en una travesía emocional mucho más grande. Si quieres escribir una canción con giros inesperados, prueba con alguno de estos trucos para sorprender a tu audiencia.
*Margaret Jones es una multiinstrumentista, compositora y maestra de música residente de Oakland, California. Toca la guitarra en varias bandas locales, incluyendo su propio proyecto de composición M Jones and the Melee. También tiene un doctorado en Historia de la Música de la Universidad de California en Berkeley y ha dado clases en el Conservatorio de Música de San Francisco. *
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