Susanoo matando al Yamata-no-Orochi (de Toyohara Chikanobu, Dominio público)
Uno de los objetivos de nuestro contenido de la comunidad es hacer que los jugadores de For Honor sepan cuáles son las referencias del mundo real en las que se inspira el juego. En esta serie de artículos, "Historias sobre armas", hablaremos sobre armas legendarias, tanto reales como ficticias, que han servido de inspiración a nuestro equipo para crear las armas de los caballeros, los vikingos y los samuráis de For Honor.
La mayoría de las armas tratadas en esta serie emergen de una mezcla de hechos históricos y leyendas. En el caso de la misteriosa espada japonesa Kusanagi, la línea que separa realidad de ficción es asombrosamente fina. Según la leyenda, Susanoo, dios del mar y la tormenta, se enfrentó al temible Yamata-no-Orochi, serpiente de ocho cabezas (como lo imaginaron, "orochi" significa "serpiente"), cuando atacaba a una familia. Para ello, elaboró un complejo plan que le permitiría cortar una a una sus cabezas. Tras derrotarlo, decidió cortar cada una de sus colas y, dentro de la cuarta, descubrió una hermosa espada que ofreció a su hermana Amaterasu, diosa del sol. Esta espada tendría un papel muy importante en la tradición japonesa.
La espada fue pasando de un emperador a otro a lo largo de los años, hasta que llegó a manos de Yamato Takeru, el hijo del legendario emperador Keiko, quien habría vivido en torno al año 100 d. C. Durante una expedición de cacería, Takeru sufrió el ataque de un adversario quien, además, provocó un incendio a su alrededor. La Kusanagi era tan afilada que le permitió cortar la hierba ardiente. Como si eso fuera poco, Takeru descubrió que la espada podía también controlar el viento según la dirección en que se blandiera. Usó este poder mágico para redirigir el fuego contra su adversario y sus hombres, y se alzó victorioso. Entonces, Takeru bautizó la espada con su nombre actual, Kusanagi-no-Tsurugi, que significa "espada cortadora de hierba".
Estatua de Yamato Takeru con la Kusanagi (Dominio público)
Avancemos hasta el año 688 d. C., cuando la línea que separa historia de fantasía se vuelve aún más fina. Es el año de la muerte del Emperador Temmu a causa de una misteriosa enfermedad, pero es sobre la espada que se deposita la culpa. Tras este hecho, se retiró a la Kusanagi del palacio imperial para llevarla al santuario Atsuta de Nagoya, donde se la considera uno de los Tres Tesoros Sagrados de Japón junto al Yata-no-Kagami (un espejo) y la Yasakani-no-Magatama (una joya). Estos objetos sagrados se utilizan aún hoy durante las ceremonias privadas de coronación de los emperadores. Sin embargo, el público jamás tuvo permitido verlos.
Imitaciones de los Tres Tesoros Sagrados de Japón, la Kusanagi, la joya y el espejo, realizadas por un artista (Dominio público)
Debido a este componente mitológico, no hay muchos registros públicos sobre el aspecto y el estilo de la espada, y tampoco se sabe quién la forjó. Según el sacerdote sintoísta Matsuoka Masanao, que vio la espada con sus propios ojos durante el Periodo Edo (1603 – 1868), la Kusanagi mide unos 82 cm de largo y la hoja se parece a una hoja de cálamo. El centro de la espada tiene una capa de unos 18 cm que se origina en el mango y que tiene un aspecto similar a la espina dorsal de un pez. La espada es de un color blanco metálico y, al parecer, se encontraba en muy buen estado incluso en aquella época. En aquel entonces, se la conservaba en una caja de piedra dentro de una caja de madera y, dentro de la caja de piedra, había un tronco de alcanforero hueco, que servía como recipiente sobre el que se colocaba la espada con delicadeza. Aparte de esta descripción, no se sabe mucho más sobre el aspecto de la espada.
Santuario Atsuta de Nagoya, donde se guarda la Kusanagi (fuente: usuario de Flickr the.Firebottle)
Ahora es cuando aparecen las distintas historias sobre su destino. Algunos creen que la espada original se perdió en el mar en el siglo XII, tras una batalla entre los dos clanes que dominaban Japón: los Minamoto y los Taira. Un soldado Taira arrojó la espada al agua para asegurarse de que el clan Minamoto no se la apropiara y la espada desapareció para siempre. De ser ese el caso, la Kusanagi que se encuentra en el santuario Atsuta sería una copia. Otra historia cuenta que la espada original fue recuperada de las aguas y en el santuario aún se encuentra la auténtica.
Su última aparición durante tiempos modernos es probable que haya sido durante ceremonia de coronación del actual emperador de Japón, Akihito, en 1989, pero permaneció envuelta en telas y nadie pudo verla. Incluso, un equipo de televisión fue al santuario Atsuta para grabar la espada, pero los sacerdotes no se lo permitieron.
Sea real o no, la Kusanagi juega un papel muy importante en la mitología japonesa aún hoy. Pueden encontrarse referencias a la espada en numerosos videojuegos, en animes como Naruto y en películas, por no mencionar que la protagonista de Ghost in the Shell, la obra maestra de Masamune Shirow, se llama como la espada.
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